Si el sol pudiera aclarar
los dogmas de nuestro sentir.
Si pudiera decifrar
el por qué de vuestro amor.
Se que puede percibir
aquel indicio que marcó
el principio de una devoción mutua
de dos seres perdidamente enamorados.
Quisiera comprender como nació
ese pequeño amor,
como creció la esperanza
y la confianza entre la adoración.
Podríamos aprender a volar,
a que las caricias inicien el fuego.
Un fuego de ternura y pasión
llevándonos a sus cálidas cenizas.
Se podría apreciar la incandescente luz
que promovió nuestro sentir.
Valorando nuestros recuerdos,
formando una vida entera llena
de un pasado, presente y futuro,
en el que solo existamos tu y yo.
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